Nunca entendí a los yanquis, para ellos ser y estar se dice igual, “to be”. ¿Pero es lo mismo ser que estar? ¿Estar comprometido es lo mismo que ser comprometido? ¿Estar consiente es lo mismo que ser consiente? ¿Ser maldito es lo mismo que estar maldito? ¿Es lo mismo ser engañado que estar engañado? ¿Es lo mismo ser que estar? ¿Estar despierto es lo mismo que ser despierto? ¿Estar aburrido es lo mismo que ser aburrido? ¿Estar seguro no es lo mismo que ser seguro no? No es lo mismo estar resentido que ser resentido. Pero si estas resentido ¿no será porque de alguna lo sos? ¿Es lo mismo ser inseguro que estar inseguro? Estar inseguro es no tener certezas; pero ser inseguro es tener la certeza de que no valemos. Estar impactados no es lo mismo que ser impactados, pero a veces cuanto se parecen.
Estar idiota uno se lo aguanta; pero ser idiota, JAMAS!!
Uno quiere ser… quiere ser el amor de alguien, el sueño de alguien, uno quiere ser alguien en la vida de esa persona que ama… y ese deseo de ser, nos puede confundir, y no dejarnos ver que no somos, sino que estamos transitoriamente en la vida de alguien.
Ser con alguien es muy diferente a estar con alguien. Por eso ser o estar no es lo mismo.
Vivimos en un mundo lleno de malos pensamientos, y a veces eso nos ciega de ver esas cosas buenas que nos hacen felices. Aquí aprovecho para reflexionar sobre temas de la vida que me alegran, que me inspiran y me ayudan a ver en determinados momentos que hay que trabajárselo para ser feliz.
"Cada decisión que tomemos hoy, es como un ladrillo para nuestro futuro. Porque somos los arquitectos de nuestro destino." "El mundo cambia, la vida cambia, el clima cambia pero si cambiamos nosotros... para bien o para mal el cambio lo iniciamos nosotros mismos"
sábado, 8 de septiembre de 2012
viernes, 7 de septiembre de 2012
"Tecnicas de Seducción"
Alejandro D, filósofo del siglo pasado, afirmo que todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos para seducir. Seducir a alguien, es lograr que desee lo que uno quiere que desee. Seducir es incentivar, estimular, provocar el deseo en el otro.
Muchos esperan en silencio detectar una señal en el ser amado, esperan ser deseados. A otros, lo que los seduce, es sentirse deseados. A otros, nos seduce lo opuesto, sentirse no deseados. A otros, los seduce lo prohibido, lo imposible, lo que no pueden tener. ¿Existe una sola manera de seducir? ¿Es posible seducir a alguien que no nos desea? ¿Alcanza con la seducción para el amor?. si se desea lo que no se tiene, cuando se tiene, ¿se sigue deseando? ¿Tendrán algún efecto las “técnicas de seducción”?...
“Todo un tema el de la seducción… ¿nunca te paso que no sabes como hacer para que la otra persona se de cuenta de lo que te pasa sin echar a perder esa relación?”…
Para seducir hay que tener la paciencia del pescador; saber esperar el momento exacto. Yo creo, que tal vez la mejor técnica sea no tener técnicas… pero guiándonos a través de la intuición seguramente sea mas fácil que a través de la razón. Tanto especular, le juega en contra a la seducción. La intuición, en cambio, nos abre nuevas puertas, nos da nuevas llaves.
Uno pretende que sueñen con nosotros, queremos ser el único en la vida del otro, pero solo se puede aspirar a ser el elegido.
Seducir tiene sus vueltas; a veces, el amor muere cuando damos nuestro amor por sentado, y renace cuando sienten que pueden perderlo. Nos preocupa mucho que no haya terceros dando vueltas, pero a veces, esos terceros, ayudan a la seducción, la encienden.
El mayor riesgo de un seductor, es caer seducido; ahí se vuelve torpe, predecible. El riesgo de un seducido, es su inseguridad, que puede llevarlo a cometer ciertas torpezas…
Uno no sabe por que ama, ni por que es amado. Seducir tal vez sea simplemente ayudar un poquito a esa magia que ocurre, sin que sepamos bien como ocurre, ni porque.
Muchos esperan en silencio detectar una señal en el ser amado, esperan ser deseados. A otros, lo que los seduce, es sentirse deseados. A otros, nos seduce lo opuesto, sentirse no deseados. A otros, los seduce lo prohibido, lo imposible, lo que no pueden tener. ¿Existe una sola manera de seducir? ¿Es posible seducir a alguien que no nos desea? ¿Alcanza con la seducción para el amor?. si se desea lo que no se tiene, cuando se tiene, ¿se sigue deseando? ¿Tendrán algún efecto las “técnicas de seducción”?...
“Todo un tema el de la seducción… ¿nunca te paso que no sabes como hacer para que la otra persona se de cuenta de lo que te pasa sin echar a perder esa relación?”…
Para seducir hay que tener la paciencia del pescador; saber esperar el momento exacto. Yo creo, que tal vez la mejor técnica sea no tener técnicas… pero guiándonos a través de la intuición seguramente sea mas fácil que a través de la razón. Tanto especular, le juega en contra a la seducción. La intuición, en cambio, nos abre nuevas puertas, nos da nuevas llaves.
Uno pretende que sueñen con nosotros, queremos ser el único en la vida del otro, pero solo se puede aspirar a ser el elegido.
Seducir tiene sus vueltas; a veces, el amor muere cuando damos nuestro amor por sentado, y renace cuando sienten que pueden perderlo. Nos preocupa mucho que no haya terceros dando vueltas, pero a veces, esos terceros, ayudan a la seducción, la encienden.
El mayor riesgo de un seductor, es caer seducido; ahí se vuelve torpe, predecible. El riesgo de un seducido, es su inseguridad, que puede llevarlo a cometer ciertas torpezas…
Uno no sabe por que ama, ni por que es amado. Seducir tal vez sea simplemente ayudar un poquito a esa magia que ocurre, sin que sepamos bien como ocurre, ni porque.
"Flotando en el viento"
Cuando no sabés a dónde vas, cualquier camino puede servir.
Dan miedo los cruces de camino. Da miedo partir. Da miedo volver. Las preguntas, las respuestas dan miedo. Si no sabés hacia dónde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el viento.
A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar por el viento.
Como decía el poeta González Tuñón “Para que a cada paso, un paisaje, una emoción o una contrariedad nos reconcilien con la vida pequeña, y su muerte pequeña”. Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos, para poder decir “estuve en tal recodo”, para poder decir “estuve en tal pasión”, para poder decir “estuve en tal pueblo fantasma, en tal amistad, haciendo tal cosa”. Para poder decir “yo estuve ahí”. Para poder hacer todo eso, es necesario no temerle a partir, ni a volver. Porque estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos hacia dónde ir, hay que dejarse llevar por el viento.
El viento lleva, y a la vez trae. El viento nos puede llevar a lugares insospechados.
Flotando en el aire, están todas las preguntas y todas las respuestas. Y flotando en el viento, iremos a donde debamos ir.
Los grandes momentos de la vida están llenos de preguntas.
Los grandes encuentros de la vida están llenos de interrogantes.
Cuando llega el gran momento uno cree haber contestado todas las preguntas. Cree estar listo.
Ya en ese momento uno cree tener las respuestas y acciona. Pero siempre surgen nuevos interrogantes.
Qué, cómo, cuándo, dónde y por qué. Eso es lo que siempre nos preguntaremos.
¿Importa dónde estamos? ¿Hay que tener una razón para hacer todo lo que hacemos? Vivimos deteniéndonos con preguntas. ¿A dónde vamos? ¿Cuál es el camino? ¿Qué sentido tiene todo? Nos llenamos de preguntas. ¿Y si no llego? ¿Y si no te encuentro? ¿Y si te pierdo?
¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Todas las preguntas tienen la misma respuesta. ¿Qué es esto? Un viaje. ¿Cómo llegué acá? Viajando. ¿Cuándo? Durante el viaje. ¿Dónde estoy? En el viaje. ¿Por qué? Por el viaje. De regreso a casa, a la luna, al centro de la tierra o al interior de uno mismo. Todo es un gran viaje, en el que sabemos de dónde partimos, pero no a dónde llegaremos. Y eso, es lo más divertido del viaje.
Dan miedo los cruces de camino. Da miedo partir. Da miedo volver. Las preguntas, las respuestas dan miedo. Si no sabés hacia dónde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el viento.
A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar por el viento.
Como decía el poeta González Tuñón “Para que a cada paso, un paisaje, una emoción o una contrariedad nos reconcilien con la vida pequeña, y su muerte pequeña”. Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos, para poder decir “estuve en tal recodo”, para poder decir “estuve en tal pasión”, para poder decir “estuve en tal pueblo fantasma, en tal amistad, haciendo tal cosa”. Para poder decir “yo estuve ahí”. Para poder hacer todo eso, es necesario no temerle a partir, ni a volver. Porque estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos hacia dónde ir, hay que dejarse llevar por el viento.
El viento lleva, y a la vez trae. El viento nos puede llevar a lugares insospechados.
Flotando en el aire, están todas las preguntas y todas las respuestas. Y flotando en el viento, iremos a donde debamos ir.
Los grandes momentos de la vida están llenos de preguntas.
Los grandes encuentros de la vida están llenos de interrogantes.
Cuando llega el gran momento uno cree haber contestado todas las preguntas. Cree estar listo.
Ya en ese momento uno cree tener las respuestas y acciona. Pero siempre surgen nuevos interrogantes.
Qué, cómo, cuándo, dónde y por qué. Eso es lo que siempre nos preguntaremos.
¿Importa dónde estamos? ¿Hay que tener una razón para hacer todo lo que hacemos? Vivimos deteniéndonos con preguntas. ¿A dónde vamos? ¿Cuál es el camino? ¿Qué sentido tiene todo? Nos llenamos de preguntas. ¿Y si no llego? ¿Y si no te encuentro? ¿Y si te pierdo?
¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Todas las preguntas tienen la misma respuesta. ¿Qué es esto? Un viaje. ¿Cómo llegué acá? Viajando. ¿Cuándo? Durante el viaje. ¿Dónde estoy? En el viaje. ¿Por qué? Por el viaje. De regreso a casa, a la luna, al centro de la tierra o al interior de uno mismo. Todo es un gran viaje, en el que sabemos de dónde partimos, pero no a dónde llegaremos. Y eso, es lo más divertido del viaje.
"Abre tus ojos"
A veces da miedo abrir los ojos, porque por ahí los abrís y ves todo patas para arriba. Y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un chico que juega a las escondidas tapándose los ojitos creyendo que así no lo ven. Uno, a veces, cierra los ojos como si así fueran a desaparecer los problemas. Como si muerto el cartero fueran a desaparecer las cartas. Uno se hace el perro que tumbó la olla, como si el dolor que siente no existiera. Uno detesta y ama a esa persona, o a ese espejo, que te canta las cuarenta. Uno detesta y ama a quien abre tus ojos. Abrir los ojos tiene gusto a membrillo con queso, es agridulce. Por un lado, como que se pierde la magia. Pero por el otro, se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos hacer la vista gorda, cerrar la tranquera, y vivir en una cajita de cristal. Y otras veces la burbuja se pincha, y no queda otra que abrir los ojos, y mirar los que no queremos ver. El corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire, ahogados. Duele abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente. Mejor mirar para otro lado, dicen. Meter la cabeza abajo de la tierra como hace la avestruz. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal... Abrir los ojos y animarse a ver. Aunque lo que haya para ver te estruje el corazón.
"Pensamiento Lateral"
Desde que nacemos aprendemos a ver y entender las cosas de una sola manera. Galileo Galilei afirmó que la tierra giraba alrededor del sol, y no al revés. Todo el mundo lo humilló. ¿Cómo podía afirmar semejante desatino? Si todos veían, claramente, que el sol era el que se movía y no la tierra. Muchos acusaron de loco a Colón cuando supuso que la tierra era redonda. Si todos veían claramente que la tierra era plana. En su época, le gente disfrutaba de los libros de Julio Verne, aunque para todos era un autor fantasioso. ¿A quién se le podía ocurrir, en aquel momento, que una nave podía viajar debajo del agua, o que se podía viajar a la luna? Pero cuando nos animamos a pensar diferente, aparecen soluciones diferentes. A veces, para llegar a algún lugar, hay que dar rodeos, ir y venir. En general, solo confiamos en nuestros ojos, cuando tenemos más sentidos. A veces no es viendo, sino tocando, oliendo, escuchando o degustando que se resuelve algo. Entendemos las palabras de una sola manera. Una eminencia es un hombre para todos. ¿Por qué una eminencia no puede ser una mujer? Dejar de lado la única manera que tenemos de ver el mundo...
Bueno, de eso se trata el pensamiento lateral. Nada tiene una única solución. No todo es lo que vemos con los ojos. Por algo tenemos otros cuatro sentidos más. Simplemente tenemos que animarnos a usarlos, y aprender a ver. A ver con los otros sentidos. No todo es lo que vemos con los ojos, siempre hay más. Mucho más. Simplemente, hay que aprender a ver.
"Utopía"
Las utopías, como dice Eduardo Galeano, la utopía esta en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Pero entonces uno se pregunta, ¿para qué sirve la utopía si siempre se aleja? Para eso sirve, para caminar.
Para tener una utopía hay que tener fé, para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar.
La utopía es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso. La utopía es una llamada a la esperanza. Por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.
Aveces me pregunto cuales son mis sueños. ¿Con qué sueño? No se, con todo sueño. Me parece que todo puede ser. A veces uno no puede soñar, o a veces la realidad es tan terrible que uno solo puede soñar con despertarse al otro día, o poder comer, o poder seguir de pie. Recién ahora estoy aprendiendo a soñar. ¿Será aporque soy autentica, porque tengo amigos auténticos, una familia autentica y una vida autentica? Con el tiempo aprendí que las cosas me dejaban pero aprendí que hay saber soltarlas. Las cosas que no nos pertenecen siempre siguen de largo. Y fue así como me llegaron cosas nuevas a mi vida. Mi sueño en un principio era ser una triunfadora. Pero bueno, yo antes pensaba que ser una triunfadora era ser alguien. Era ser el que otros querían que sea. Pero bueno, recién ahora me doy cuenta que ser un triunfador es ser quien yo quiera ser. Varios de mis sueños ya se cumplieron. Hoy tengo la familia que soñé y los amigos que soñé. Mi mamá dice que la vida es una rueda. Y aprendí a soñar, y volví a respirar, también. Porque esto es como el aire, ¿no? Está ahí para quien quiera respirarlo. Mi sueño es tener la fuerza para cumplir todos los sueños.
jueves, 6 de septiembre de 2012
"La Botella Rota"
Dicen que de los errores se aprende, pero cuando un error lastima a otro y deja una marca, de qué sirve la lección? Cuando el error que cometiste no tiene solución, cuando cometés un error que puede poner en peligro lo que amás, cuando el error puede ser mortal, cuando un error estúpido te marca para toda la vida, cuando un error no tiene perdón… cuando ya es demasiado tarde y por más que hagas lo que hagas no puedas reparar tu error, solo se puede llorar, porque hay errores que no tienen arreglo.
Un corazón roto es como una botella rota, partida en pedazos, ya no se puede reparar.
Son errores fatales, errores imperdonables, errores que nos torturan toda la vida.
Desesperados intentamos reparar ese error, hacer algo que al menos pueda enmendar en parte todo lo que hicimos. Hay errores que cambian tu vida para siempre. Hay errores inesperados, fuera de todo cálculo… son errores que no tienen arreglo; por arreglar ciertos errores uno daría su vida.
Cuando lo intentas todo pero no tienes éxito, cuando obtienes lo que quieres pero no lo que necesitas, cuando te sientes tan cansado pero no puedes dormir, atascado en marcha atrás.
Cuando las lágrimas caen por tu rostro, cuando pierdes algo que no puedes reemplazar, cuando amas a alguien pero se desperdicia, podría ser peor?
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